domingo, 1 de agosto de 2010

Una entrada demasiado sucia...

Hoy es un día especial.
¿Por qué?
Porque la inspiración a regresado de vacaciones y ahora le toca currar. Demasiadas noches en vela he pasado porque no se me ocurría nada que escribir.
Por ello el post de hoy es un fragmento del fic que estoy escribiendo de mis queridísimos Axel y Roxas (Akuroku).
Advierto, al igual que el título, que la entrada de hoy es demasiado sucia, por lo tanto espero que no os sorprendais.
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Un momento para recordar

Axel


"Los ojos lascivos de Roxas destilaban deseo, deseo por tenerme sobre él, con nuestros cuerpos rozándose impetuosamente.

Mi pene erecto reclamaba su atención. Erguido entre mis caderas llamaban a su cuerpo a gritos estremecedores. Si no me controlaba lo tomaría en ese momento, disfrutando de aquel regalo que me había sido ofrecido. Por primera vez no tenía nada que reprochar a Xemnas, había elegido correctamente, a pesar de que ambos deseaban tener a Roxas. Sin embargo los motivos eran claramente distintos. Él solo deseaba el poder de la keyblade, yo deseaba a ese muchacho.

El sudor recorría nuestros cuerpos.

Lamí su torso, saboreando aquellas toxinas que desprendía. El lamer su sudor me recordó a todas las tardes que había pasado solo, tomando un helado de sal marina. A partir de ese día, no lo tomaría solo.

Su cuerpo se estremecía con cada lametón, y eso hacía que mi cuerpo se calentara aún más.

Le deseaba con todas mis fuerzas.

Mi lengua bajó hasta la costura de su ropa interior. Agarré le tejido negro con mis dientes y tiré de él mientras observaba su cara de placer.

Cielo santo, eso no debía ser bueno para mi salud.

Bajé la única prenda que le quedaba hasta que desapareció bajo sus pies. Su miembro comenzaba a ponerse en posición vertical. Lo cogí con ambas manos y realicé movimientos lentos y secos, de arriba a abajo. Roxas no dejaba de pegar alaridos, como continuara así Xemnas llegaría y nos vería. Taponé su boca con la mía sin cesar los movimientos.

El calor que emanaba Roxas de su cuerpo lo podía sentir en cada centímetro de mi cuerpo. Estaba concentrado totalmente en lo que hacía cuando Roxas me sorprendió agarrando mis hombros con fuerza y tirándome al suelo quedando sobre mí. Me tenía inmovilizado, aunque tampoco puse mucha resistencia.

Sacó mis brazos de la gabardina y deslizó su largo y duro instrumento sobre mi vientre. Su lengua atormentaba mi boca. Agarré su cintura con fuerza y le lancé hacia el sofá de nuevo. Quedándose de rodillas y agarrándose a uno de los cojines, me esperaba.

-Roxas, has perdido tu oportunidad de escapar. Ahora estás condenado a ser mío.

-Me gusta esa condena- dijo girando la cabeza y sonriendo de manera perversa- además, este es un momento en el que precisamente no quiero escapar. Me encantaría estar amarrado a ti.

-Tus deseos son órdenes.

Cogí la cadena de mi gabardina y até mi mano en uno de los extremos y la mano de Roxas en el otro en forma de esposas.

Giré la cabeza de Roxas y sin perder un instante, introduje mi miembro dentro de él, haciendo que ambos gritáramos efusivamente."

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Xemnas Keyblade