sábado, 31 de julio de 2010

Constructivo no es necesariamente destructivo


Debido a luchas internas que he tenido conmigo misma estos últimos días, me apetece hoy hablar de este tema: la autocrítica.

Nadie puede seros más sincero que vosotros mismos, no podéis engañaros. Siempre, aunque intentéis negarlo, sabéis la verdad. Si algo no es parece bueno, por mucho que digáis que sí lo es, en el fondo sabéis que no lo es, o viceversa.

Yo soy de las que piensan que si creas algo lo más importante es que te guste a ti, y si luego le gusta a los demás, pues mejor.
No hay por qué modificar una obra o borrar una línea de un dibujo porque alguien diga "no me gusta". La pregunta a la que únicamente deberíamos hacer caso en esos momentos es "¿me gusta lo que he hecho?"

Por poner un ejemplo hablaré de aquellos que se dedican a escribir libros. Muchos autores, e incluso amigos míos que pretenden publicar un libro, están dispuestos a cambiar su forma de escritura, sus historias... todo, por tener un libro sacado a la luz.

Sin pretender ofender a nadie... si te vendes a alguien de esa manera por un puñado de euros, por algo a lo que ni siquiera te vas a dedicar en serio, echas a la basura todos los valores que has ido aprendiendo.
Si algo es tuyo no permitas que lo modifiquen.
Si no quieren publicarte un libro no pienses que es porque es malo sino porque concretamente a esas personas no les ha gustado.
No te limpies el culo con algo en lo que has estado empleando tantísimo tiempo. No hay una sola editorial en este planeta, y seguramente que a alguna le encante aquello que has escrito.

Y aunque fuera el caso de que nadie quisiera publicarlo ¿qué ganas tirándolo a la basura? Absolutamente nada, has perdido el tiempo en algo por lo que ni siquiera quieres luchar o tener un bonito recuerdo.

Valorad más vuestro criterio que el de unos soplagaitas que eligen que libro es bueno y que libro no lo es. Ese criterio depende de cada persona, no de un grupo de mindundis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Xemnas Keyblade